Las Lagunas de Ruidera, puro espectáculo natural en Castilla La Mancha.
Es hablar de Castilla La Mancha y a la mente nos viene un paisaje árido donde predominan siembras, encinas y molinos de viento. Pero la riqueza natural de esta región es inmensa y despliega todo su potencial a poco que nos sumergimos en su territorio. El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera es un claro ejemplo de ello. Te proponemos 7 cosas que hacer y ver en este singular paraíso manchego.
Conocidas como «los espejos de La Mancha», las cristalinas aguas de las Lagunas de Ruidera son el mejor reclamo para hacer Turismo de Interior y dejar que la Naturaleza nos sorprenda. Las Lagunas de Ruidera son, sin duda, uno de los lugares más bonitos y pintorescos de Europa junto con los Lagos de Plitvice, en Croacia.
Aquí nace uno de los principales ríos de la península ibérica, el río Guadiana, uno de los ríos más curioso de España por su peculiar hidrología y las leyendas cervantinas que guarda. Su nacimiento es puro espectáculo porque da lugar a la formación de 15 espléndidas lagunas a lo largo de casi 30 km de recorrido. Agua, agua y más agua en plena Castilla La Mancha, el lugar perfecto para hacer Turismo de Naturaleza.
Caminar y pasear es lo primero que hacemos cuando hablamos de Ecoturismo en plena Naturaleza. Pero hay mucho más. Te proponemos un pequeño aperitivo antes de entrar en materia y mostrarte el enorme potencial de este maravilloso lugar: si eres un@ coleccionista de atardeceres, las Lagunas de Ruidera te regalan uno de los atardeceres más bonitos de Castilla La Mancha. Pero hay más, espera a que caiga la noche.

Lagunas de Ruidera, Destino Turístico Starlight.
Un escandaloso festival de Estrellas brillantes aparece ante tus ojos como por arte de magia. Literalmente hablando, el cielo se te viene encima. Constelaciones, planetas y satélites naturales inundan un cielo nocturno tan espectacular que la Fundación Internacional Starlight lo ha certificado como Destino Turístico Starlight por las estupendas condiciones para la observación de cielo profundo y contemplación planetaria y lunar.
¿Y por qué? Por la sencilla razón de que aquí no hay contaminación lumínica. Que haya poca densidad de población en lo que conocemos como «España rural» tiene sus ventajas y ésta es una de ella; poder disfrutar de unos cielos nocturnos maravillosos. Y algo así no pasa inadvertido. En Eva y el Edén lo sabemos y te lo enseñamos con la pasión que merece semejante espectáculo.

¿Quieres más?
Pues entramos en materia. Te presentamos las 7 paradas imprescindibles para descubrir el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera de principio a fin. Y nunca mejor dicho. Porque empezamos por la primera de las Lagunas más turísticas que posee este Parque Natural, la Laguna Blanca. Para que presumas de escapada rural sin salir de nuestro país.
1.- La Laguna Blanca.
La Laguna Blanca es la primera de las 15 lagunas «oficiales» que conforman el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Situada en un lugar estratégico para recoger las aguas de manantial que constituyen el nacimiento del río Guadiana, es una de las más peculiares y bonitas del lugar.
Con la Laguna Blanca se inicia el descenso de las cristalinas aguas hasta salvar un desnivel superior a 120 metros hasta llegar al embalse de Peñarroya. Las Lagunas están dispuestas en forma de escalera a lo largo de todo el valle del Guadiana, formando un paisaje kárstico de gran belleza, con multitud de saltos de agua y cascadas que sorprenden al viajer@ que llega a estas tierras manchegas.
La Laguna Blanca recibe este nombre por el color blanco de su fondo. Prácticamente carece de vegetación subacuática y el tono blanquecino de su lecho brilla cuando los rayos del Sol atraviesan sus cristalinas aguas.
La Laguna Blanca se encuentra por encima del nivel freático del acuífero que alimenta a este rosario de lagunas. En los ciclos de vaciado de este paraje, la laguna se seca y se puede observar un gran espacio blanco de forma triangular rodeado de sabinas, carrascas, monte bajo y vegetación palustre.
De ahí viene su nombre. Se cree que la Laguna Blanca era nombrada de esta forma a principios del siglo XIII, pues los primeros habitantes de esta comarca ya observaban estos ciclos de vaciado y llenado que la caracterizan.
A este peculiar paraje podemos acceder de dos formas. En vehículo hasta el parking habilitado prácticamente a los pies de la Laguna Blanca, tomando la carretera de Montiel CR 640 hasta el kilómetro 15 donde aparece un camino que nos conduce hasta nuestro destino.
Pero si somos amantes del senderismo o del ciclismo, unas buenas zapatillas, una bicicleta y una mochila son las mejores compañeras de viaje. La Ruta de la Laguna Blanca inicia su recorrido al final de la carretera que recorre las Lagunas de Ruidera. No tiene pérdida, porque una vez llegamos a la Laguna Conceja, el carreterín asfaltado da paso a un camino donde iniciar nuestro trayecto.

2.- Castillo de Rochafrida.
Hemos hablado de que el nacimiento del río Guadiana es muy peculiar por las innumerables leyendas que guarda. Es hora de contarte una, el anónimo romance de Rosaflorida; «En Castilla está un Castillo, que se llama Rochafrida; al castillo llaman Roca, y a la fonte llaman Frida. El pie tenía de oro y almenas de plata fina… Dentro estaba una doncella que llaman Rosaflorida; siete condes la demandan…
Enamoróse de Montesinos de oidas, que no de vista. Una noche estando así, gritos da Rosaflorida… «¿qu´es aquesto, mi señora?… O tenedes mal de amores, o estáis loca sandía!» «Ni yo tengo mal de amores… más llevásesme estas cartas a Francia… diéseslas a Montesinos, la cosa que yo más quería… dile que me venga a ver para la Pascua Florida… darle he yo este mi cuerpo… que de fuego sea ardida»
De esta manera, la lírica medieval deja su huella en el Castillo de Rochafrida, un pequeño castillo militar del siglo XII levantado por los almohades. Esta fortaleza formaba parte de una línea defensiva entre la castellana Toledo y la Córdoba califal. Tras caer en el olvido, las ruinas de este castillo han inspirado este anónimo romance del que recibe su actual nombre poético.
Y esta es la sensación que se percibe cuando se deambula por las inmediaciones de los restos de la fortaleza. Tardamos unos 10 minutos en recorrer el sendero que nos lleva hasta el castillo desde el lugar señalizado para dejar nuestro vehículo. Un camino que nos adentra en la espesura de la vegetación y que nos conduce bordeando el risco sobre el que se hayan ubicadas las ruinas hasta subir a la cima y visitar lo que queda del castillo.
El verdadero valor del Castillo de Rochafrida radica en ser el escenario donde tiene lugar el Romance de Rosaflorida y por aparecer en la obra literaria más universal que tenemos, «Don Quijote de La Mancha» De hecho, este pintoresco lugar forma parte de una senda turística denominada «Ruta del Quijote» que recorre los escenarios que aparecen nombrados en la novela de Cervantes.

3.- Cueva de Montesinos.
Su ubicación está muy cerca de la famosa Cueva de Montesinos, escenario de los capítulos veintidós y veintitrés de la segunda parte de «Don Quijote de La Mancha»
La imaginación y el realismo se dan cita en esta peculiar cueva. La capacidad creativa de Cervantes llevan a Don Quijote a soñar que se encuentra en la cueva con personajes arquetipo de los libros de caballería. Con el Caballero Montesinos y un nutrido séquito de sirvientas, con el Caballero Durandarte y su amada Belerma y con el mismísimo Mago Merlín.
En realidad, la Cueva de Montesinos es una modesta cavidad generada por la disolución de las rocas calizas que forman la sala de los Arrieros y la conocida como sala Grande, que alberga una importante colonia de murciélagos. 50 metros de recorrido que alcanzan una profundidad de poco más de 18 metros a través de una escalera esculpida en roca.
El fondo de la cueva alcanza un nivel impermeable que se encharca y deja entrever el recorrido subterráneo de las mismas aguas cristalinas que dan origen a las Lagunas de Ruidera. Las manifestaciones Kársticas de la Cueva de Montesinos son modestas, albergando estalactitas embrionarias que sólo durante los meses de lluvia están activas.
Por esta razón, el valor real de la Cueva de Montesinos radica más en el interés literario que espeleológico. Dejar volar nuestra imaginación a la par que descubrimos a los personajes descritos por Cervantes y vividos por Don Quijote es una experiencia que difícilmente se olvida.

El acceso a la Cueva de Montesinos es privado, para poder visitarla es necesario realizar una reserva. En Eva y el Edén te lo ponemos muy fácil, tanto en disponibilidad de horarios como en realizar la visita en grupos muy reducidos para que la experiencia sea de lo más gratificante.
4.- Quebrada del Toro.
A pocos metros de la Cueva de Montesinos nos encontramos con uno de los espectáculos naturales de las Lagunas de Ruidera de obligado disfrutes. Estamos hablando de la Quebrada del Toro. Una extraordinaria formación natural de origen sísmico situada al borde de los acantilados que rodean la Laguna de San Pedro, una de las mayores concentraciones de agua del Parque Natural.
La Quebrada del Toro es una enorme grieta natural que parte la montaña en dos para que podamos pasar por su interior. Es una sima de cuatrocientos metros de longitud por la que caminamos custodiados por paredes que alcanzan una altura de entre 25-30 metros. El ancho de la misma es de cinco metros de media, lo cual hace que su visita sea apta para toda la familia. La Quebrada del Toro es un espectáculo en sí misma.
Su acceso es privado. Pero en Eva y el Edén tenemos la llave para abrir la puerta que despliega una magia natural que nos sorprende a primera vista y nos acompaña durante todo el recorrido. Durante algo más de una hora, la grieta nos ofrece diversos atractivos. Pequeñas cuevas de formación natural recorren toda la sima y van mostrándonos su atractivo de forma intermitente.
La luz natural es otro de los elementos más llamativos de la Quebrada del Toro. Dependiendo de la hora del día en que realicemos la visita, la luz que se cuela entre las aperturas de las enormes paredes es una maravilla. Nos permite apreciar formas que van cambiando, dota al rojo de sus arcillas de unos matices infinitos y nos envuelve de una magia propia de los cuentos donde hadas y duendes son protagonistas.

5.- Rutas de senderismo intepretado.
Sin duda, la mejor manera de descubrir todo el valor natural que encierra el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera es caminando. Este privilegiado enclave de la Naturaleza posee numerosas rutas de senderismo habilitadas y señalizadas para que las disfrutemos sin mucha dificultad.
Algunas de ellas son circulares, comienzan y terminan en el mismo lugar. Otras son de ida y vuelta, inician el recorrido y lo finalizan en el mismo lugar, pero pueden seguir varias rutas hasta un punto determinado para regresar por el mismo camino. Y otras son rutas de punto a punto, es decir, comienzan y terminan en diferentes lugares.
Las distancias a recorrer varían en función de la ruta que se elija y algunas de ellas se pueden recorrer tanto a pie como en bicicleta. La Ruta de la Laguna Blanca tiene una dificultad media de recorrido lineal, con 16 km contando la ida y la vuelta. La Ruta del Castillo de Peñarroya es una de las de mayor recorrido, pero nos permite realizar un completo trayecto por las conocidas como Lagunas Bajas hasta llegar al Pantano de Peñarroya, con una distancia de 42 km ida y vuelta desde la población de Ruidera.
¿Te vienes a conocer las Lagunas de Ruidera?
En Eva y el Edén somos especialistas en diseñar actividades que se convierten en auténticas EXPERIENCIAS porque TÚ eres el centro sobre el que giramos.
- Piérdete en un cielo nocturno llenito de Estrellas.
- Pasea rodead@ de Naturaleza y vistas espectaculares.
- Viaja al interior de la Tierra en la Quebrada del Toro.
- Descubre la genial historia que esconde la Cueva de Montesinos.
- Y mucho más…

La Senda de la Cueva de Montesinos cuenta con una distancia de 1.6 km sólo realizable a pie. Nos permite partir de la Ermita de San Pedro y llegar hasta la mítica cueva cervantina. La Senda del Castillo de Rochafrida se encuentra también en la misma zona, con un trazado de 4.3 km que nos lleva justo a los pies del castillo, siendo el acceso al mismo un poco más exigente.
La Senda del Pie de Enmedio es una deliciosa ruta circular de 6 km de distancia que nos permite disfrutar de unas vista panorámicas de las Lagunas impresionantes. La Senda del Ossero es un recorrido de 5.3 km que nos permite bordear las cristalinas lagunas Tomilla y Conceja.
La conocida como Senda del Margen Izquierdo es otro ejemplo de una ruta lineal de poco más de 2.8 km sólo ida y que podemos disfrutar tanto a pie como en bici, acompañad@s de las vistas que nos ofrecen las lagunas del Rey y Colgada.
En resumen, múltiples opciones para que el contacto con la Naturaleza se acople a nuestras ganas y condición física sin olvidar que cada pasito que damos es recompensado con unas vistas espectaculares tanto del monte mediterráneo manchego como de las propias lagunas.
Así sucede en la Ruta de los Miradores. Un espacio donde se entremezclan diferentes trazados que culminan en una de las zonas más bonitas del Parque Natural. Desde sus miradores podemos tomar consciencia de la belleza de este entorno lagunar, descansar, respirar, sentir y obtener algunas de las fotografías más características de este idílico lugar.

Realizar estas rutas de senderismo por cuenta propia siempre es una manera muy saludable de desconectar de nuestra rutina y llenarnos de la vitalidad y la energía que nos brinda la Naturaleza. Pero en Eva y el Edén siempre aconsejamos realizar alguna de ellas interpretada por un@ Guía Local. La diferencia entre ambas radica en la riqueza que nos aporta la visión del lugar una persona preparada para ello.
Es similar a cuando visitamos la plaza de un pueblo cualquiera y cómo percibimos ese mismo lugar si nos cuentan la historia que encierra. El valor añadido dota a esa visita de «algo» que nos hace percibir el lugar con una mayor riqueza de matices. En contacto directo con la Naturaleza pasa lo mismo.
Conocer cómo se forman las Lagunas de Ruidera, entender el valor que sostienen y el por qué de su vital importancia como ecosistema único en la Península Ibérica, su flora, su fauna, cómo el ser humano ha vivido en «armonía» con este espacio y de los recursos naturales que generosamente han brindado las Lagunas de Ruidera, es entrar en otra dimensión.
6.- Cascada del Hundimiento.
Es la cascada más conocida del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. De fácil acceso desde la población de Ruidera para ser contemplada, se originó en 1545, cuando una espectacular crecida del río Guadiana rompió la barrera travertínica de la Laguna del Rey.
El primer sentido que queda maravillado por el espectáculo que ofrece esta cascada de casi 15 metros de altura es la vista. Un movimiento continuo de agua que nos invita a cerrar los ojos para sentir toda su fuerza desde estruendoso sonido que provoca su caída.
Un constante rugido que en muy pocas ocasiones ha dejado de mostrar toda su fuerza. Sólo durante la época de máximo esplendor de las antiguas Fábricas de Luz existentes en las Lagunas de Ruidera, en concreto la Central Hidroeléctrica de San Alberto, el Hundimiento ha visto interrumpido este paso de agua.
Agua cristalina en movimiento, un sonido armónico, el suave olor a humedad y la agradable sensación de frescor que nos genera la ligera bruma desprendida por la fuerza del agua al caer son invitaciones suficientes para abandonar el estrés por unos minutos ante este salto de agua.

7.- Castillo de Peñarroya.
El espectacular discurrir del río Guadiana y las hermosas Lagunas de Ruidera que forma desde su nacimiento alcanza su parte final en el conocido como embalse de Peñarroya. A finales del siglo XVII, el hijo del Rey Carlos III, el Infante Gabriel, encarga un proyecto para resolver la escasez de agua que sufrían los pueblos manchegos y la fábrica de pólvora de Alcázar.
Juan Villanueva, arquitecto real, diseña un canal de riego conocido como el Canal del Gran Prior para regular el cauce de la parte alta del río Guadiana. Hoy sólo quedan algunos puentes y compuertas de cantería. Pero desde 1959, el embalse del pantano de Peñarroya regula la mayor parte de los excedentes de agua de las Lagunas de Ruidera.
La presa se construyó aprovechando un estrecho que forman las rocas calizas delante del Castillo, justo en la transición entre la comarca de Campo de Montiel y la llanura manchega. Tiene una altura de 44 metros y una longitud de 250 metros. Actualmente almacena agua para regadío y abastece a las poblaciones de Tomelloso y Argamasilla de Alba.
Esta peculiar orografía que genera la construcción el embalse es la que origina la construcción del Castillo de Peñarroya. La fortaleza se asienta sobre una gran plataforma travertínica situada a gran altura. De origen musulmán, pasó a manos de la Orden de San Juan a principios del siglo XII.
Pese a los torreones defensivos con los que cuenta, no se trata de un edificio para resistir grandes asedios. Proteger a la población pacífica de la época, ser almacén de bienes, garantizar el cobro de impuestos y ser la «caja fuerte» de la Orden son algunos de los usos que se ha dado a este Castillo.
Actualmente, el Castillo de Peñarroya, está considero como la puerta de entrada al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Una entrada tan impresionante como todo el despliegue lagunar que genera el nacimiento del río Guadiana. ¿Abrimos la puerta? En Eva y el Edén te lo enseñamos todo con la misma pasión con la que escribimos estas líneas.
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